diariodemallorca.es 31-3-2008La diócesis de Mallorca busca financiación para reformar esta iglesia centenaria y neogótica
La parte superior de la fachada es la que urge una reforma integral.
M. ELENA VALLÉS. PALMA. En la capilla de la Casa de la Iglesia se amontonan papeles y archivadores de la diócesis mallorquina. En estos momentos, no alberga cultos abiertos para cualquier feligrés de la ciudad que se acerque hasta la calle Seminario, sino que de vez en cuando se oficia en su interior alguna celebración a nivel interno. "Antes, la gente pedía casarse aquí porque la entrada es muy bonita", señala el aparejador diocesano, Tomeu Bennàssar. El desamparo y el abandono se ha adueñado del espacio. Antes de que el Museo Diocesano se trasladara a su actual sede, en el Palau Episcopal, la capilla albergó en su interior todas las piezas que conforman su fondo.
Una malla sujeta en la parte elevada de la fachada ha recogido ya en varias ocasiones los trozos de mortero de los desprendimientos que han sufrido los cuatro pináculos que se alzan majestuosos, pero ruinosos. Las juntas de los distintos elementos están vacías y por ello amenazan caída por falta de empalme. En la capilla de la Casa de la Iglesia, de estilo neogótico y con aproximadamente un centenar de años, la piedra de marés está muy deteriorada y se muestra muy frágil, por lo que muchos de los pináculos deberían rehacerse por completo así como las molduras, capiteles y esculturas. Algunas celosías de la barandilla de la cubierta están totalmente destruidas e incluso se han desprendido dejando un rastro de escombros en la cubierta. El rosetón central y parte de la nave lateral izquierda tienen grietas y hendiduras importantes. La cubierta tendría que repasarse y reforzarse entera porque tiene problemas de filtraciones de agua, que están destrozando el artesonado de las capillas laterales, puesto que están acabadas con yeso y éste se está desprendiendo. Muchos ventanales de la iglesia están tapiados y con tan sólo tocar el muro se mueven. En la subida hacia la cubierta, una empinada escalera detenta también desperfectos: algunas baldosas están partidas.
Bennàssar calcula que el coste de la reforma ascendería a más de dos millones de euros. En estos momentos, la diócesis está buscando una financiación que no encuentra. Hasta ahora, los proyectos elaborados por el obispado para la reforma de su patrimonio se dirigían a la conselleria de Cultura, que es quien detenta la competencia para gestionar el convenio que el ex presidente del Govern, Jaume Matas, firmó con el obispado el 30 de junio de 2006. Es este documento, se acordó subvencionar un listado cerrado de edificios eclesiásticos, entre los que se encuentran la parroquia de Santa Eulàlia, la puerta de la Almoina de la Seu o la iglesia de Santa Creu. El problema reside en que Cultura está estudiando la fórmula jurídica para traspasar esta competencia a la conselleria de Vivienda y Obras Públicas, para que todo el proceso de cobro de ayudas por parte de la diócesis se agilice. Habida cuenta de que la lista que firmó Matas con el obispado contemplaba unas reformas muy determinadas, en estos momentos la diócesis no tiene a quién dirigirse para llevar a cabo grandes proyectos como el de esta capilla o el de la iglesia de Sant Joan de la Font Santa.
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